CÓMO RECONOCER AL MAESTRO VERDADERO

Om Shanti Shanti Om.

Buenos días a todos, os doy la bienvenida de todo corazón. Una de las cosas que me preguntan frecuentemente y que sé que la gente tiene dudas es: ¿Cómo sé si el maestro es verdadero? ¿Cómo sé si el maestro está realizado? Yo no lo sé, para saber si alguien es libre, tendría que tenerlo delante de mí, presente. Pero hay ciertas cosas que te pueden indicar quien no es un maestro verdadero, ciertas actitudes, ciertas cosas que hace, ciertas cosas que dice. Y como a mí me han engañado bastante en mi búsqueda, he aprendido mucho y quiero compartir esa experiencia con vosotros.

¿Cómo reconocer quien no es un maestro? Qué es lo más fácil, porque es lo que más hay. Hay una forma de eliminar a un gran porcentaje de los falsos maestros, y es la siguiente: El maestro habla con su propia voz, el maestro nunca se esconde detrás de otro maestro. Un maestro verdadero nunca interpreta lo que otros maestros han dicho, no discute lo que otros maestros han dicho, no crea polémicas, no hace grupos de discusión sobre otros maestros. Por ahí ya os dais cuenta de que esa persona que hace eso no es libre, tiene un gran ego espiritual, y le gusta mucho que lo admiren, y le gusta mucho que lo vean, y le gusta mucho que la gente crea que es un maestro. La experiencia liberadora por la que pasa una persona, la experiencia de ser libre es tal, que no se compara con ninguna experiencia que tú hayas podido leer o que te hayan podido decir, o que te hayan podido contar, sea del maestro que sea. El que hace esto es porque no tiene esa experiencia. La experiencia de ser libre es algo que tú quieres compartir, la tuya, no la de otro maestro, la tuya, porque es la única de verdad, es la única que tú experimentaste, es la única para ti. Sigues respetando a los maestros, pero no te escondes detrás de ellos, los maestros verdaderos nunca lo hacen. Robert Adams no leía a Ramana, no discutía a Ramana, no interpretaba a Ramana, de vez en cuando lo mencionaba, de vez en cuando leía algo cuando era apropiado para lo que él estaba compartiendo en ese Satsang.

Cuando veas una persona que lo que hace es decirte lo que quiso decirte tal maestro o decirte lo que quiso decir tal otro maestro, aléjate, aléjate, porque esa persona te va a hacer daño. Aprende tu lección y búscate otro, búscate uno que sea verdadero.

Otra cosa que sucede mucho: Hay una serie de propuestas modernas que mencionan la palabra advaita, mencionan la palabra “no dualidad” entre lo que dicen. Lo están haciendo para darse credibilidad, pero si te fijas bien esas técnicas hacen todo lo contrario de lo que advaita, por más de cinco mil años, ha estado transmitiendo, no es no dualidad, no es advaita. Esas propuestas te dicen que si tú sigues esa técnica, si haces ese curso vas a conseguir algo, vas a conseguir abundancia, vas a conseguir salud, vas a conseguir tus metas en la vida, pero para conseguirlo tienes que hacer la técnica, completar el curso. En advaita, en no dualidad, el principio básico, es que tú no eres el hacedor. Cualquier técnica, cualquier pseudomaestro que te diga que haciendo esta técnica, siguiendo el curso de tal, tú vas a conseguir que esto pase y que aquello pase, te está mintiendo. Aléjate, aprende la lección y busca uno que sea de verdad. La gente acude a estas personas, a estos cursos, porque les gustaría que esto fuera cierto, que esto fuera posible, pero no lo es, es una mentira.

Si lo que quieres es discutir, si lo que quieres es jugar, perder tu tiempo eres libre de hacerlo, pero como me preguntáis cómo sé yo si un maestro es de verdad o no, esa es la forma. Con estas dos cosas ya eliminasteis al noventa por ciento de los falsos.

Si tienes dudas sobre si un maestro es verdadero, tienes que ir a verlo, tienes que ponerte en su presencia. Un vídeo no sirve, un Satsang online no sirve. Tienes que ponerte en su presencia. Si cuando estás en su presencia sientes una gran paz, sin que esta persona haga nada, simplemente entrando en la habitación. Todos los maestros verdaderos hacen esto. Robert Adams entraba en la habitación e inmediatamente yo sentía que había entrado. Yo tenía los ojos cerrados, yo no lo oía entrar, pero yo sabía cuando él entraba porque inmediatamente la paz se apoderaba de mí. Llegó incluso un momento en que tenía tanta práctica, que yo sentía cuando venía en el coche subiendo la cuesta de la casa donde hacíamos el Satsang, yo sentía que estaba llegando. Eso es la presencia del maestro, y eso solamente los maestros verdaderos lo tienen.

La otra cosa que puedes hacer es ser directo, ponerte delante, mirarle a los ojos y preguntarle: ¿Tú, eres libre? Y mírale a los ojos. La única respuesta a esa pregunta es… Sí. Si en algún momento ves que hay una duda. Si empieza con: “Bueno… es que tú sabes que hay diferentes niveles de libertad, hay diferente niveles de maestro” o cosas por el estilo, te están mintiendo. Aléjate, sal corriendo. Aprende la lección y búscate uno de verdad.

Otra cosa que sucede con cierta frecuencia, y esto ya es para reírse: supuestos maestros, que quieren venir a mi Satsang. ¿Para qué? Si de verdad eres libre ¿Para qué quieres asistir a mi Satsang? Satsang es para los que están buscando. Siempre que los descubrimos tratando de colarse, les digo: ¿No dices que eres libre? Da tu propio Satsang, comparte tu experiencia. ¿Para qué quieres venir a mi Satsang? Lo que quieren es sacarse una foto conmigo para poder ponerla por ahí en su facebook. Para que parezca que somos coleguillas, para que yo les dé credibilidad. Yo, siempre que pueda, no lo voy a permitir, porque ningún maestro verdadero necesita, quiere, o trata de ir a Satsang con otro maestro. Nos respetamos entre nosotros, y si nos encontramos nos saludamos con cariño, y nos tomamos algo, pero no vamos a Satsang de otro maestro.

Después hay otra cosa que está muy de moda, lo llaman Mindfulness. Dicen que es advaita. Mindfulness no es advaita, no es no dualidad. Mindfulness es quitar un pedacito de las enseñanzas del advaita y tratar de hacer un todo, pero usando la mente. Tratan de obligar a la mente a que viva en el presente y con mucho esfuerzo, momentáneamente lo consiguen. Pero desde el momento que involucras a la mente, no es advaita, y no es no dualidad. Porque en el momento que te agotas y dejas de esforzarte para hacer que la mente viva el presente, la mente vuelve a hacer lo que la mente hace siempre. Te va a mandar al pasado y te va a mandar al futuro, porque vivir el presente no lo puedes hacer mentalmente. El presente no puede ser pensado, el presente solo puede ser vivido. Pero ahora está de moda, y usan la palabra advaita para que les dé credibilidad. No caigáis en esto, os están quitando la pasta, os están estafando, eso nunca va a funcionar. Claro, tú lo haces y te sientes un poquito mejor, claro, hiciste un esfuerzo, forzaste a la mente a que viviera el presente por un momento, y eso, vivir el presente, llena, da paz. Pero se va, se va cuando dejas de hacer el esfuerzo. Es lo mismo que ir al psicólogo. Le cuentas tus problemas, lloras, te suenas los mocos y te sientes un poquito mejor, pero a los dos días ya estás igual, y ya estás pidiendo cita para la siguiente sesión, para que te vuelvas a sonar los mocos y para que te oigan todos tus problemas y para que te digan “ay pobrecito”. Esos no son maestros advaita, esos ñoños que dicen: -Cuéntame tu problema-, -Ay pobrecito-, -¿Cómo te sientes?-, -¿Te gustaría soltarlo?…”. Esos son ñoños, no son maestros advaita. Un maestro advaita es duro cuando tiene que serlo. Es duro porque dice la verdad. A Robert, le venía la gente a contar sus problemas y Robert le decía “Pasará” y los echaba. Un maestro advaita tiene que ser duro a veces. Con algunas personas hay que ser comprensivo, pero con otras hay que ser duro, como un padre. Un padre no está siempre: “Ay mi niño, pobrecito te voy a comprar esto, te voy a llevar al cine”. No… un padre, para ser un buen padre, a veces tiene que castigar, a veces tiene que ser duro. Un maestro advaita es duro cuando toca. Mucha gente dice “ay, pero que poco amoroso es Luis, que duro es.” ¡Claro! A veces soy duro, no soy ñoño. Si te hace falta que sea duro contigo, con todo el amor del mundo, lo voy a ser. Como un buen padre. No te voy a hacer así en el ego (Luis hace el gesto de acariciar), yo te lo voy a destruir. Ese es mi trabajo, ese es el trabajo de un maestro de verdad.

Luis de Santiago.
Satsang en A Coruña, 4 de Octubre 2020.