JUGANDO AL ESCONDITE

Om Shanti Shanti Om

Os doy la bienvenida con todo mi corazón. Perdón, me vais a tener que disculpar, pero me operaron de cataratas justo antes de que empezara la cuarentena, y por la mañana los ojos me lloran. No estoy llorando, me salen lágrimas (Luis se ríe). Lo que vamos a hacer hoy y mañana por la mañana, es voltear nuestra atención. Estamos siempre con nuestra atención puesta en el mundo, de aquí hacia el mundo. Estamos constantemente viendo, oliendo, gustando, tocando, y ahora lo que vamos a hacer es simplemente voltear nuestra atención, que la tenemos puesta en el mundo. Le vamos a dar la vuelta. Vamos a poner nuestra atención en nuestro centro, en donde está lo que somos, en dónde está lo que estáis buscando. Podemos mirar con los ojos cerrados, cerrar los ojos y mirar dentro, y una vez que estáis mirando dentro, mirad más profundamente, y más profundamente, porque no tiene fondo. Nos sumergimos en nosotros mismos y disfrutamos de lo que somos, como quien se sumerge en una piscina, una piscina sin fondo. Y no nos vamos a quedar sin respiración, vamos a poder respirar, y vamos a poder seguir profundizando y seguir sumergiéndonos, hasta que venga la mente y nos saque. Porque va a venir la mente y nos va a sacar, nos va a poner otra vez en el mundo. Y cuando os deis cuenta de que la mente os ha sacado y de que os ha puesto en el mundo, con ideas, con propuestas, con pensamientos, simplemente daros cuenta, y volver a voltear vuestra atención, volver a sumergiros. No pasa nada, es como un juego, es como un juego que estáis jugando con la mente. La mente os va a sacar, y cuando os deis cuenta de que la mente os sacó, simplemente, sin ningún tipo de aspaviento, sin ningún tipo de preocupación, os volvéis a sumergir. Es normal, la mente está haciendo lo normal, su trabajo, sacaros de lo que sois, para que no veáis toda la belleza que hay dentro de vosotros. Y cuando os dais cuenta de que la mente ha conseguido lo que se proponía, simplemente aceptarlo, decir “mira, la mente ya me volvió a sacar”, y voltear la atención otra vez, y sumergiros de nuevo. Es un juego, estáis jugando al escondite, estáis buscando lo que sois, lo encontráis, y os sumergís en eso. Y la mente va a venir y os lo va a esconder. Y cuando la mente os lo esconda, simplemente volvéis a buscarlo, volvéis a mirar y os volvéis a sumergir. Y la mente, de alguna forma, va a venir y os lo va a esconder, y vosotros salís a buscarlo de nuevo. Además que sabéis dónde está. Os volvéis a sumergir, y cuanto más juguéis este juego, más tiempo vais a estar sumergidos en vosotros mismos, y la mente cada vez va a tener menos poder para esconderlo. Seguid jugando.

(Largo silencio)

En la tradición Advaita, se le llama Atma Vichara, que no sé exactamente cómo se traduce. En occidente lo traducimos como autoindagación, o preguntarse, pero no tiene nada que ver con indagar o con preguntar nada. Se le llama autoindagación porque una de las formas en que Ramana enseñaba cómo voltear esa atención, era a través de una pregunta. Ramana decía que había que observar la mente, y cuando surgía un pensamiento de la mente, preguntarse, ¿quién está teniendo este pensamiento? ¿a quién le sobreviene este pensamiento? La respuesta es: a mí. Entonces ¿quién soy yo? Y no tratar de contestarla, simplemente preguntar ¿quién soy yo? Y dejar que eso que soy conteste. Y no va contestar con palabras, no va a contestar con conceptos. Si la respuesta te sobreviene con palabras o con conceptos, es que estás utilizando a la mente, la mente se está metiendo donde no se debe meter.

Pero una vez que te acostumbras a voltear tu atención, ya no hace falta hacer ninguna pregunta, simplemente con observar los pensamientos y quedarse observándolos, con paciencia, sin tratar de hacer nada, sin tratar de hacer que se vayan, sin tratar de cambiarlos, simplemente observarlos. Se van a disolver, y no solo se van a disolver, sino que se van a ir metiendo en su origen, van a llevarte a su origen, como las miguitas de pan de pulgarcito, igual, porque todo esto que llamamos mundo, sale de aquí (Luis se toca el corazón). Así que simplemente con observar el pensamiento, el pensamiento se va a empezar a disolver y te va a llevar a su origen. Así lo enseñaba Robert Adams. Robert Adams decía que la pregunta era para el principio, para comenzar, pero llegaba un momento que la pregunta ya no era necesaria.

Por eso, esta traducción de autoindagación, o de preguntarse, tiene su razón de ser, pero no describe exactamente lo que es Atma Vichara. Atma Vichara es simplemente voltear tu atención y empezar a buscar donde está lo que estás buscando, empezar a buscar donde hay. Hasta ahora has estado buscando donde no había, y ya te convenciste. Ahora busca donde hay, mira, sumérgete y disfruta, y sumérgete más, y sumérgete más…

(Largo silencio)

Atma Vichara, o el voltear nuestra atención, como queráis llamarlo, no os lo toméis como una técnica, no os lo toméis como una meditación o como una rutina dentro de vuestra vida, porque ese voltear nuestra atención es algo natural, es algo que sucede naturalmente, cuando nos quedamos en silencio y dejamos de hacerle caso a la mente. Cuando hacemos esas dos cosas, inmediatamente nuestra atención va a lo que somos de forma natural. No es un mantra, no es una técnica, no es una meditación, simplemente crea la atmósfera para que ese voltear la atención pase de forma natural en tu vida. Al principio es mucho más fácil en Satsang, después es mucho más fácil cuando estás en casa en silencio, y eliminas todas las distracciones. Pero no hay que quedarse ahí, porque ese voltear nuestra atención funciona en todo lo que hagamos en nuestra vida, yendo por la calle, montados en el metro, cocinando, cuidando a nuestros hijos… podemos estar con nuestra atención volteada todo el tiempo.

Luis de Santiago

Satsang en La Coruña, 25 de Abril 2020