Buenos días. Estoy feliz de estar aquí con vosotros de nuevo. Ya queda muy poco que hablar, muy poco que decir. Ya todo está prácticamente dicho. Os queda trabajar. Yo os puedo enseñar donde está la mina, pero quienes tenéis que coger el pico y la pala sois vosotros. Y ya sabéis lo que tenéis que hacer.
Si algo me queda por decir es que la mente no se va a ir sin dar pelea. La mente no va a dejar que descubráis tranquilamente que todo es un decorado. La mente va a dar pelea. Va a tratar de apartaros de vuestra búsqueda. Y cuando vea que no puede apartaros de vuestra búsqueda, va a tratar de disfrazarse de vuestro compañero de búsqueda y va a empezar a aconsejaros y a deciros lo que tenéis que hacer, a qué maestro seguir, qué textos leer, etc.
Con frecuencia lo que la mente hace es crear fenómenos. A veces son luces que aparecen cuando se cierran los ojos. Otras veces son mensajes que llegan cuando se está en silencio. Todo eso es ficticio. Es mentira. Nada de eso es verdad porque lo que no es Gracia es mente. No hay nada intermedio. Y la Gracia no necesita mandar luces, ni mandar mensajes. La Gracia no necesita transformarse en Robert Adams y aparecerse en vuestros sueños y deciros cosas. Cuando estas cosas sucedan tenéis que daros cuenta de que son fenómenos mentales y no permitir que os distraigan en vuestro camino.
Y cuando las cosas empiecen a pasar. Cuando empecéis a sentir que la búsqueda entra en una fase donde todo va muy rápido, que están pasando cosas y hay progreso, tened paciencia. Tened mucha paciencia. Disfrutadlo, porque es para eso, para disfrutarlo, pero tened paciencia porque la mentira final de la mente es deciros que ya lo conseguisteis. Y vais a sentir que lo conseguisteis porque lo único que tiene que hacer la mente para que sintáis todo lo que sois es quedarse callada por un rato. La mente dejará que lo percibáis, que lo disfrutéis, que le contéis a todo el mundo lo que os está pasando, que empecéis a escribir en Facebook y a dar consejos a la gente sobre cómo realizarse. Y cuando ya estéis ahí, empezará otra vez su actividad y os quedaréis totalmente sorprendidos. Os lo creísteis, abristeis la boca, empezasteis a lanzar las campanas al vuelo… y os dejó. Le pasa a mucha gente. Lo he visto mucho, así que sed pacientes.
Cuando esto suceda, decid: “Bueno, a lo mejor sí, a lo mejor no. Vamos a ver cuánto dura”. Y empezad a probar. Eso fue lo que yo hice. Estuve tres años sin creérmelo. Tres años haciendo pruebas. Tres años metiéndome voluntariamente en los líos de siempre para ver cómo era la respuesta y cómo me sentía yo en ello. Y después de tres años más o menos, pensé: “Bueno, aparentemente esto ya se quedó así”. De modo que tened paciencia. Va a pasar porque tiene que pasar, porque es la razón por la que estamos aquí. No hay nada más. Es lo único. Lo único de importancia en vuestra vida es saber quiénes sois. Todo lo demás son cuentos chinos que ha creado la mente. Eso ya lo sabemos. Así que vamos a pasar una mañana en silencio.
Luis de Santiago
Satsang en Xuño, Galicia. 17 de abril 2016